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Interesantes temas sobre Palo Monte y todas sus corrientes.
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bachechenloma
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Mensaje por bachechenloma »

Cuentan algunos ancianos de Pinar del Río, que allá por 1844 o 1845 nació el esclavo Sabá Caraballo, hijo de un congo cimarrón de la zona de
Bahía Honda. Sabá pasó buena parte de su vida de adulto fugitivo y escondido en el monte. Fue capturado en una ocasión y como castigo, le
cortaron una oreja. Pero logró fugarse nuevamente, llegando a nuclear en torno a sí a un grupo de cimarrones que se convirtió en el terror de las
tropas españolas. Este grupo celebró su primera fiesta de tambores el 13 de Junio de 1887, al mismo tiempo que su libertad. Los congos y ngolas
llegados a Cuba reprodujeron en la isla sus tambores sagrados y profanos, la voz colectiva que convocaba a orishas y nfumbes y ayudaba a pasar
los escasos ratos de ocio de esos hombres y mujeres que comenzaban a echar raíces en esta isla del Caribe.
Los tambores generalmente recibían nombres de personas famosas o muy respetadas. Por ejemplo, en Sagua, hay uno llamado Catalina que se
usa en toques de makuta; en Pinar del Río hay tres para toques de yuca, cuyos nombres: José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, aparecen
pintados en sus cajas de resonancia.
Los toques y bailes más famosos de estas etnias son los de yuca, que a todo lo largo y ancho de la isla retumbaron para alegría de los esclavos
TATA NKISI MALONGO BACHECHE NLOMA,"Para andar seguro, salude al camino y no brinque lindero".LEMBE PA TO MAYOMBERO Y BRIYUMBERO QUE KUENDA CHECHE BACHECHE
bachechenloma
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Re: TAMBORES

Mensaje por bachechenloma »

sus descendientes. De antiguo, el conjunto de tres tambores: yuca o caja, muía y cachimbo, repicaba en el plenilunio. Cuenta la tradición o _ _ _
que fueron estos tres cueros los que primero se oyeron en Cuba, lo cual no tiene nada de extraño, pues entre los primeros esclavos llegados aqu
la mayoría provenía del reino del Manikongo. En el central "Orozco" de Pinar del Río, de larga tradición de paleros, se le llama también kumbi al
tambor yuca, que daba el pie a los famosos cantos de puya de paleros y nganguleros, que muchas veces terminaban en trifulcas sangrientas. Un
buen palero no admite burlas.
Al conjunto de tambores se le llama ngoma. El de yuca recibe el nombre de ngoma ndin ndinga: el que más habla. El cachimbo responde por
ngoma muana, tambor niño. Otros informantes les llaman samba ngoma, muña nkanda y muana ngoma. A la orquesta completa, en algunos
pueblos de Matanzas, se la llama Musukina.
Don Fernando Ortiz dice que los tambores de yuca se usan para tocar música profana, mientras que los de makuta se emplean para la religiosa.
Para ver los toques de yuca actualmente es preciso ir a Matanzas, Trinidad o Sagua la Grande. En los barrios habaneros de Pueblo Nuevo, Pocitos
y Marianao se tocaba yuca hasta mediados de este siglo.
Yuca es también un baile que se efectúa en dos partes: la primera, del coqueteo de las parejas que, en fila y frente a frente, se contonean al
ritmo de la música, insinuándose sensualmente; y la segunda, cuando, al toque de los tambores, los movimientos se vuelven más explosivos y
eróticos hasta llegar al final en el llamado "vacunao", en que el hombre ataca al golpe del tambor y la mujer acepta este rito sexual o lo
rechaza. Si lo acepta, se deja acariciar en las caderas y entre las risas de los presentes, llega al acoplamiento coreográfico con su pareja. Algunas
veces el hombre, para obligar a la mujer a arriesgarse, deja caer su sombrero o un pañuelo para que ella lo recoja y así la sorprende; por
supuesto, si ella quiere ser sorprendida.
También con ese nombre y con el de la danza de maní es conocida una forma danzaría totalmente bélica, de violencia guerrera, que se ejecuta
blandiendo palos y simulando, según algunos autores, encuentros entre tribus opuestas, con el puño cerrado al contrincante por encima de la
cintura. Este baile pugilístico era exclusivamente masculino; se admitían apuestas, pues podía llegar a ser extremadamente peligroso y violento.
El maní no tenía una coreografía determinada y era frecuente la participación simultánea de muchos danzarines. Los tambores que lo
acompañaban se llamaban "de candela", y formaban una orquesta de tres unimembranófonos. Hubo grandes maniseros en Trinidad, en las
comarcas aledañas a La Habana y en Matanzas.
Sobre la famosa conga hay diversas opiniones. Algunos investigadores sostienen que nació de la makuta y otros, de la yuca; pero lo que es
inobjetable es que su origen es congo.
Las maracas se emplean en las fiestas de puya de los mayomberos. Son pequeñas, están hechas de güiro y se le llaman Nzanzi. Se las puede
encontrar en casas prestigiosas de viejos paleros en Matanzas. En Sagua la Grande y Trinidad se les llama nsansa o ensansa. En La Habana se les
usa con el mismo fin y reciben el nombre de masamba. Con ellas también se llama a los espíritus de los nfumbes para que atiendan a las
peticiones de los creyentes.
Los descendientes de congos en primera y segunda generación usaban también dos maraquitas en las muñecas o los tobillos, cuando bailaban al
compás de la orquesta de tambores yuca y tocaban el kinfuiti. Estas recibían el nombre de kindembo y kikori. En el famoso cabildo congo de
Kunanlumbo de Sagua eran empleadas para bailar el makuto.
Los tambores llamados Makuta son unimembranófonos abiertos. Se usan para bailes y toques rituales. Son dos y se encuentran sobre todo en las
zonas rurales de Pinar del Río, Matanzas y Las Villas. Makuta se le llama al nkisi que habita dentro de un pequeño caracol, un diente de jabalí
un cuerno de toro o novillo que se utiliza como resguardo por los Tatas y Yayis. Makuta también significa baile ritual para los espíritus de las
prendas, el cual siempre comienza con una invocación a los npungus o nkisis que habitan en el nso nganga.
A los tambores makuta se le hacen ofrendas y sacrificios antes de cualquier ceremonia; y en algunos nso nganga hemos podido observar que,
sobre un altar improvisado y obedeciendo a la necesidad de los primeros paleros que fueron traídos a Cuba de disfrazar sus creencias, se
encuentran las imágenes en estampas o talladas de San Antonio, Santa Efigenia o el Santo Rey Melchor.
La comida que éstos reciben es la sangre del gallo y los iñales: las visceras a las cuales se les añade jengibre, pelotas de maíz con ñame,
pimienta de Guinea y aguardiente, soplándoles humo de t _ _ _ _ _ y encendiéndoles velas. El sacrificio es imprescindible, pues los tambores no
tocarían a gusto si antes no se les diera cuenta, derramando sobre ellos la sangre vivificadora. Al morir un tamborero de makuta se oye a los
tambores sonar por sí solos. A algunos hay que castigarlos, flagelándolos con hojas de palma, para que respondan y percutan en los momentos
de las honras fúnebres.
Los nganguleros de fines del siglo pasado y principios del actual tocaban un tamborcito pequeño, sin nombre, que vivía al lado de la prenda y se
tocaba para ciertos conjuros, llamando al nfumbe para que cumpliera determinadas órdenes de su dueño.
En el cabildo de congos mumboma Nuestra Señora de Regla, que a finales del siglo XIX radicaba en la calle habanera de Jesús Peregrino, esquina
a Oquendo, tenían un tambor vertical, hecho de madera de cedro, con una hendidura a todo lo largo que se percutía golpeándolo con palitos.
Sobre él estaba esculpida una figura sacrosanta, representando el espíritu del tambor, el cual respondía por Mumboma.
Se conoce un tamborcito membranófono, también de los congos mumboma de Matanzas llamado mutisanguisi. Se fabrica con cuero de caballo y
tiene una forma tubular. Este tamborcito es usado en ritos sumamente misteriosos y secretos, como los cambios de vida, que se realizan en el
cementerio.
En Pinar del Río y al norte de Las Villas los descendientes de congos y ngolas usan dos tambores bimembranófonos llamados Masikilu. Los
percutían cada hora y media cuando ocurría una defunción en los bateyes y pueblos cercanos. Pertenecen a los llamados Nsombo de los congos
reales. Kari Laman los cita en su diccionario señalando que en el Congo suenan junto con las trompas de marfil.
En Las Villas, Matanzas y Pinar del Río aún se encuentra un tamborcito hecho de jicara, que sirve únicamente para llamar al nfumbe de una
nganga determinada. El famoso palero del norte de Las Villas, Enkoria Kuata, tenía uno, que producía un sonido ronco y profundo.
En Guanabacoa existe una pequeña agrupación llamada Los Changanis, de origen congo, cuyo culto estaba mezclado con los de la Ocha y la
Sociedad Secreta Abakuá. Tenía esta agrupación una orquesta de instrumentos de origen africano, pero con innovaciones criollas, como los
tambores "tarabilla". Son éstos tres tambores bimembranófonos, y uno más, unimembranófono y vertical. En esta orquesta se observa la
integración de las tres manifestaciones más importantes de nuestra religiosidad popular: la Ocha, el Palo y la Sociedad Secreta Abakuá.
En el cabildo congo de Kunalumbo, en Sagua la Grande, hay un tambor pequeño que se toca en honor a Nzambi, llamado Nsumbi. Su nombre
puede derivarse de Nzambi, Dios supremo, o de Nsamba, que significa tatuaje, herida que se inflige cuando se inicia un nuevo gajo.
Encontramos un instrumento tocado por los antiguos descendientes de congos y ngolas llamado Sambi. Es un arco que tensa una sola cuerda. Su
caja de resonancia es una güira colocada en medio de un sostén. Se toca con una varilla de madera. Popularmente se le conoce como Buru
Mbumba, que significa hablar con el muerto de la nganga o con los espíritus de los ancestros. Este instrumento tan peculiar ha caído en desuso y
raramente se oye hoy día en Las Villas, en los antiguos caseríos habitados por los descendientes de esas etnias.
TATA NKISI MALONGO BACHECHE NLOMA,"Para andar seguro, salude al camino y no brinque lindero".LEMBE PA TO MAYOMBERO Y BRIYUMBERO QUE KUENDA CHECHE BACHECHE
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